Tiempos de Cometas
Estoy leyendo Cometas en el Cielo de Khaled Hosseini. Voy en las primeras 100 paginas del libro. Estoy en un momento en que sucede una tragedia que marcara a los personajes de la novela. Si lo han leído sabrán cual es.
Es increíble lo indefenso que puede ser un niño niño, la tragedia que viven ante cualquierosa. La incapacidad de comprender, de explicarse o de actuar ante ello. Recuerdo que de niño los hijos d ela borrachita me robaron un Mickey Mouse vagabundo que tenia. Lo recuero muy bien, mejor que recuerdo a personas, o mas bien mi recuerdo se confunde con una caricatura del personaje. Recuerdo su pantalón rojo, su camisa amarrilla, sus guantes blancos y en los hombros le colgaba un palo que tenia amarrado una especie de sombrero. Era un típico vagabundo.
Me lo robaron del pequeño jardín de mi casa, lo sustrajeron a través del barrandal. Sabia que lo tenían porque con descaro jugaban con él. Me pase horas y horas pensando como robarmelo para recuperarlo. Me ponía en la banqueta de mi casa y observaba hacia la casa de Milo y su hermano para encontrar una oportunidad para actuar. Nunca lo hize. Tal véz por eso permanece en mi recuerdo mas que cualquier otro juguete. Recuerdo también el carro de los Picapiedras que me robó el Juanillo. Pero ese si lo logre recuperarlo en una acción que incluyo la participación de mis hermanas. El carrito era una de control remoto que se controlaba por medio de un cable de metro y medio, en el venía Pedro, Pablo y Dino. En ese entonces sospechaba que él lo tenía pero no tenia la confirmación de que así fuera. Mis hermanas fuerón a jugar a la casa de él, sacaron los juguetes y en el momento en que el se atrevió a sacar el carro uno de ellas vino y me aviso. Entonces entre en acción llegue a la casa de él, entre hasta el cuarto donde jugaban y me apodere del carrito. Él decía que su mamá se lo había regalado, pero se asusto cuando le dije que le preguntaramos si era cierto.
También recuerdo que era un volador de cometas, desde mi punto de vista era un gran volador de cometas así como era un gran hacedor de cometas. Aunque realmente nosotros les llamabamos Huilas Una vez hice una con la hoja de una libreta, palitos de escoba y hilo normal que volo cientos de metros hasta ya no verse en el cielo. Otra vez me ragalarón un cometa con un aguila de la cerveza tecate dibujada al centro. Como no queria ser igual a los demas que también le habia dado una, recorte la figura del aguila y la hice volar a pesar de la asimetria de la figura.
Pero la gran cometa que hice fue una de color azúl que recuerdo que media como un metro de altura y que requirio más de trienta metros de cola de retazos de tela para poder equilibrarse en el viento. La hizé del plástico que comprabamos para forrar los libros de la escuela. Erá enorme y a diferencia de las demás cometas, volaba casi en línea perpendicular, como los papalotes, y no hacia la curvatura que se hace en los hilos de las tradicionales. Todos los niños del barrio iban a verla volar cada tarde de la temporada de huilas que dura en febrero y parte de marzo.
Un día se rompio el hilo, a pesar de que le había puesto uno de niylon. Como estaba tan pesada cayo a dos cuadras del terreno donde volabamos las huilas. Todos corrimos. Yo iba a delante de todos. Alguien fue a avisarle a mi mamá. Cuando llegamos al punto donde había caido, un niño que le decían el Chino se había apoderado de ella. Era un niño al que todos le tenían miedo. Yo se la reclamaba pero el decía que ya era suya. Me pedía dinero por ella pero no estaba dispuesto a darselo. En la esquina de la cuadra mamá ya había dado la vuelta. En realidad tenía miedo de que fuera a regañarma por lo que apresuraba las negociaciones. El debe de a ver pensado lo mismo porque acepto como tres monedas que traía. Me dio la Cometa y yo le avente las monedas al suelo y salí de allí hacía donde ya venía mi mamá.
El chiste de todo esto es como no me atraví a decirle a mis papás que me habían robado mis juguetes en vez de actuar como todo un personaje de la serie Alias, entrar como ladrón y recuperar lo perdido, o tener que pagar por algo que era mio cuando ya mamá podía reclamarlo. Sera que para un niño los adultos no conocen las reglas del juego, las negociaciones y los tratos. Al fin de cuentas ellos no son parte del mundo de los niños, de la escuela, de la calle, de los juegos, donde las reglas son puestas por los niños. Por el desconocimiento de esas reglas muchos fuimos regañados, humillados, golpeados, tratados como tontos. No creo que ningún niño quiera ser señalado como a ti te defiende tu mama, anda ve y dile, y cosas de esas.
Recupere el carrito de los Picapiedras y el Cometa Azúl. Todo en la vida es perder y buscar lo perdido.
miércoles, noviembre 28, 2007
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