Viajamos a Reynosa Elena, Magda y yo en el carro de Magda. En la Autopista nos chocaron por lo que perdimos un hora. Veniamos a una entrevista de trabajo que finalmente no pudimos tener por lo que regrese a Monterrey por la camioneta y Ana Paula. 600 km durante el dia.
Ana Paula me sonrio cuando me vio llegar con su abuela. Todo cambio para ella y se volvio la niña feliz que siempre es. La puse en su corral para poder cargar sus cosas y no lloro. Sabia que ya estaba alli. Salimos. Lloro apenas avance en la camioneta y le prepare un biberon. Se durmio y no desperto hasta que me estacione en la casa de Reynosa.
De regreso me vine con Jevo y Efren que venian a checar lo de un pago. Fue platica de nada y de todo. En una recta de la autopista la luna recien menguante se recostaba al final de la misma.
Mi niña no viajo a solas conmigo como me hubiera gustado. Pero la sola idea de estar con ella, en la camioneta, sin su mamá, bajo mi responsabilidad es algo tan grande como esa luna iluminando el camino
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