41 años
Hoy en esta tarde se me vino un pensamiento triste: mi papá murio a los 82 años, a punto de cumplir los 83. Yo tengo 41 años. Vivi con mi papá la mitad de su vida, y aun pensando mas, de marzo a octubre son seis meses. Casi 41 años y seis meses, la mitad de los 83 que cumpliría mi papá este 30 de octubre.
Vi las cosas triste. Peor aún, en esta tarde de Octubre, donde la noche comienza a caer desde las 6:30. Pensaba en estar en la casa, lo tranquilo que es estar en la casa, dejando que pase el tiempo. Pensé que el tiempo camina hacia la muerte y desde hace tiempo, desde que cumplí los 40, ya pensaba que había llegado a la mitad de mi vida. Veía la luz de la tarde mas oscura y seguía pensando en que podía quedarme asi, leyendo un libro siempre, encerrado en mi casa y dejar que los días transcurrieran, sin importar como, que tan rápido, ni lo que sucediera en ellos, hasta que un día, después de 40 años dejara de respirar y morir.
Vivi la mitad de su vida con mi papá (aunque solo vivi con él 15 años). Cuando nací el tenia la edad que tengo ahora. Tal vez el animo parecido, tal vez la misma fuerza que ahora tengo. Pensando en la vida y si habia hecho lo suficiente con ella. Mi imaginé a mi papá, a mi edad, cargándome o viéndome con los ojos amorosos. Eso me llevo a pensar en Paula, que estaba conmigo y en mis hijos, Jireh, Angel y Berenice. En Paula pensé que quizas viva con ella la mitad de mi vida y que un día, como yo, se encontrará con esta tristeza de vivir 40 años sin su papá.
Pense en los recuerdos que tengo en estos 41 años de vida. En los últimos momentos que vi a mi papá con vida, dos días, dos instantes demasiados cortos y el recuerdo de mi papá, los días de su funeral y me queda la certeza de que van a ser recuerdos que siempre van a quedar conmigo, que espero nunca olvidarlos.
Por lo pronto voy a escribirlos aqui.
Jueves: Dos días antes de su muerte lleve a Ángel y a Jireh para que lo visitaran. Mi Papá estaba sentado en la sala de la casa. Comimos algo que guiso Mamá. Estaba Chela, Mario y algunos de mis sobrinos, tal vez Lalo y Marcelo. Mario me pregunto si iba a ir a Colombia y le dije que no, que se había caído el trabajo, pero que a cambio iba a ir a Jalisco, por lo que solo perdía una semana de trabajo y lo decía para que me escuchará mi Papá.
Estuvimos un rato porque luego nos fuimos a la Sada, donde limpie el patio, removí la composta y trasplante una palmeras, siempre ayudada por mi hija. Ángel estuvo trabajando en la laptop y checando internet. Yo escanee unas fotos en la compu de Chela.
Viernes: Un día antes de su muerte lleve a Ana Paula para que viera a su abuelo (casi no lo veía). Ese día caminamos una hora y media por el Paseo Santa Lucia. Desde Hidalgo bajamos por la macroplaza y seguimos hasta la primera área de juegos. Regresamos en Taxi a la plaza Hidalgo y fuimos por Elena que estaba desayunando con Lulu. De allí fuimos a Liverpool a comprar una camisa que quería para llevar a mi reunión de la Prepa. En el estacionamiento levante a Paula y me dio un dolor en la espalda que me duró hasta el lunes siguente
Llegamos a la casa y mi Papá estaba sentado en su sillon reclinable. Lleva a Paula hasta él. Le extendió el brazo y le preguntó su nombre. Paula timidamente lo dijo y le dio un beso en la mejilla. Yo fui a sentarme en la sala y desde allí vi a mi Papá. Me queje de mi dolor de espalda y nos fuimos muy pronto. Ya no lo volví a ver. Esa tarde lamenté con Elena que a la cámara se le haya acabado la pila y que no se me haya ocurrido tomar una foto de Paula con mi Papá.
Me acuerdo que veia un programa donde estaba unas porristas y bromeé con él. "Esta enfermo del corazón y viendo esos programas, le va a dar un ataque". Solo sonrió y no dijo nada.
El día que murio pensaba ir a visitarlo pero decidí irme directo con mis hijos para ahorrarme gasolina. Estaba con Jireh haciendo una tarea, por primera vez, de su escuela. Ella estaba muy contenta. Yo me acosté en el suelo para mitigar el dolor de espalda y a cada momento le pedía la hora a Ángel para poder irme a la reunión de la prepa. Licha me hablo llorando "Papá, Benito" y supe lo que había pasado, "esta todo morado". Me fui manejando lo mas rapido.
Mi papá estaba en su sillos reclinable, el cuerpo hacia atrás, la cabeza hacia atrás y la boca abierta. Sus pies estaban doblados hacia el piso porque estaba sentado. Mi padre no tenía ni media hora que se había ido. Aún lo sentí tibio.
jueves, octubre 14, 2010
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